miércoles, 21 de enero de 2015

Un viaje en barco - Lucía Plaza Navarro

Eran las 01:00 de la mañana y la feria estaba a punto de cerrar, sacamos las entradas para subirnos una última vez en el barco vikingo. Alis, Pau, Alec y yo, Rollie, subimos en una de las cárceles, el barco empezó a moverse, derecha, izquierda, derecha, izquierda, y así sucesivamente, y por fin llegó el momento en el que empiezas a ''volar'' . De pronto las luces de la feria desaparecieron y se vieron sustituidas por un mar en tormenta, un olor a ron impregnó el aire, y los gritos de adrenalina cambiaron a gritos de terror, nos dimos la vuelta, y donde supuestamente deberían estar los asientos y la otra carcel, se encontraban tres mástiles de barco, tras estos se podían diferenciar una puerta y a ambos lados dos escaleras por las que se llegaba a un timón, manejado por uno de los grumetes, dí una vuelta lenta para observar todo, los grumetes corrían de un lado hacia otro, portando cubos de metal y lámparas de aceite, de uno de los mástiles colgaba una bandera en la que, dificilmente, se podía distinguir una carabela con dos huesos cruzados, el Jollie Roger, el símbolo de los piratas. Un tricornio voló hacia mi, lo agarré en el aire, y un hombre se acercó corriendo. En ese momento volví a la realidad, que triste que no fuese verdad.

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